Director: Frank Henenlotter
Muchas de las películas de las que he hablado en este blog son de la década de los ochenta, que desde mi nostálgico punto de vista es la edad de oro del cine de terror. Y hoy no va a ser diferente: Brain Damage es una fantástica película que aglutina todo lo maravilloso del cine de terror ochentero de serie B: gore, luces de colores, música sintetizada y efectos especiales cutres. Además, tiene un punto de humor, con lo cual, es más que perfecta.
Un día, el joven Brian (Rick Herbst) se despierta como resacoso, y resulta que lo que de verdad le pasa es...lo típico, que tiene un bicho pegado a la nuca que le inyecta un alucinógeno cerúleo directamente en el cerebro, que lo hace flipar y le agrada mucho, gracias. La contrapartida a este fantástico colocón es que el bicho tiene que comer, y no es precisamente vegetariano. Elmer o Aylmer —así se llama el entrañable monstruito— está a medio camino entre un falo, una lamprea y un zurullo, y tiene mirada de vaca y voz guasona. Es imposible no encariñarse con él.
Brain Damage lleva al límite lo que se supone que es una película de terror y mete escenas que tienen una dosis de realidad que no te esperas. Brian se convierte en un yonki, y su síndrome de abstinencia es muy real y duro de ver ¿Pero no estábamos aquí para ver a un monstruo que sorbe cerebros? ¿O qué? Y es que si nos abstraemos de Elmer, parece que estemos viendo un alegato contra las drogas. Estoy bastante segura de que Aronofsky ha visto esta película —en el sentido de que no tengo ni idea, pero estaría bien que fuese así.
Rick Herbst es buen actor y da un poco de penica que se haya echado a perder dedicándose a actuar de guapete en un montón de series como Sensación de Vivir y Hospital General en vez de seguir por el buen camino de la serie B o incluso Z, como el grande Bruce Campbell. La voz de Elmer la pone John Zacherle, un prolífico y veterano actor de voz especializado en el terror-humor, buenísimo en su estilo teleñeco. Del resto de los actores mejor no hablar.
En resumen, una buena película de terror, entretenida y con un poco de todo para satisfacer a los exigentes espectadores de cine de terror de todo el mundo, como yo, que no nos conformamos con cualquier cosa, salvo que se pueda ver en una pantalla y sea de terror.
Así que hala, a darle al play, o al download, y a disfrutar, que Brain Damage no se va a ver sola: alguien tiene que hacerlo, y quienes mejor que vosotros, amigos. Para muestra, un delirante botón:
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