lunes, 21 de mayo de 2012

Terroríficamente Muertos (1987)

Director: Sam Raimi
Título original: Evil Dead II



Alguien cuya opinión tengo en gran estima y respeto me ha dicho,  respecto a la anterior entrada del blog, que más que haberla escrito parecía haberlo cagado.  Es verdad. Mr. Dark no se merecía tal desgana. Así que a partir de ahora me he prometido a mí misma poner más empeño en lo que escribo, aunque ello suponga que tenga que dejar de hacer otras cosas, como perder el tiempo en ebay buscando tiendas donde comprar figuritas de películas de terror. Y digo que no voy a perder más el tiempo buscando parafernalia de películas de terror porque ya tengo LA figura en mi poder. Sí, señores, tras algunas dificultades ya puedo decir que la figurita de Ash J. Williams es mía.  Por cierto, os lo presento:



Bueno, como ya sabréis si sois un poco fans de los semidioses Sam Raimi o Bruce Campbell, Ash es el protagonista de las películas Posesión Infernal (The Evil Dead), Terroríficamente Muertos (Evil Dead II) y El ejército de las Tinieblas (Army of Darkness). Este año se cumplen 25 años desde el estreno de Evil Dead II, algo digno de celebrar, o no, si te importa un carajo.

Y hoy me voy a lanzar a escribir sobre un clásico como Evil Dead II. El peso de la responsabilidad es casi insoportable.  Supongo que para un cinéfilo de los serios no de los que consumimos terror es como ponerse a escribir, con dos cojones, sobre Casablanca o Ciudadano Kane. Si tenéis unos gustos parecidos a los míos, habréis visto Ciudadano Kane una vez y media  y cualquiera de la saga de The Evil Dead unas cinco o seis veces, eso sin contar las veces que habréis repetido casi obsesivamente alguna escena de la película.

Evil Dead II no es una continuación de The Evil Dead, sino más bien una variación de la misma película, lo que llaman retcon.  En  Evil Dead II Campbell está más suelto, hay más risas y mejores efectos especiales que en la primera, que aunque se merece todas mis alabanzas, me parece menos entretenida. Por cierto, ya están rodando un remake para estrenar en 2013, con Raimi y Campbell como productores. Será difícil que esté a la altura, pero no me la perderé.

La película mezcla el humor demencial y el terror, y va al grano rapidito, metiéndonos de lleno en una delirante sucesión de escenas. Entre el humo que sueltan lo que parecen ser diez máquinas, el hiperbólico Campbell, cuya movilidad en las cejas y el tamaño de su barbilla son casi alarmantes y el poco diálogo que tiene lugar en la primera media hora de película, parece que estamos en una chalada película muda.

La cinematografía de las películas de Raimi es genial (de genio, no de guai). La cámara parece volar por la casa, a ras del suelo o por encima de los protagonistas. La cámara en mano se usa mucho en esta película y el efecto es que de verdad parece que estamos en esa cabaña, que por fuera parece pequeña pero dentro es inmensa. Los gargantuescos chorros de sangre a presión, los golpes y mutilaciones que parecen no afectar al protagonista, una mano que tiene voluntad propia, todo, todo en esta película es perfecto para el amante del terror.

En el caso altamente improbable de que estés leyendo esto y no te guste el cine de terror, te ordeno que la veas. Total, para empezar ya hay un 99% de probablidades de que no estés leyendo esto así que no te lo tomarás mal. La acabarás viendo con las manos en la cara, mirando entre los dedos, pero asistirás a una lección magistral de cómo hacer cine, llena eso sí, de prótesis de látex, líquidos viscosos verdes y azules, gritos y lentillas de colores. Un gustazo, vaya.  Os dejo aquí una grandiosa escena que resume muy bien la maravillosa chifladura que es esta película. Hasta pronto, amigos.










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